miércoles, 31 de agosto de 2011

Frankie


Modelo: Monster High Gloom Beach Frankie Stein (Mattel, 2011)

Antes de que agosto termine, Frankie llega para quedarse. Estando sus amigas Draculaura y Lagoona en Dolls Crazy House, no iba ella a ser menos.

Frankie Stein es hija del monstruo de Frankenstein y no tiene mucho tiempo de vida… unos meses, a lo sumo. Claro que eso no ha impedido que se integre como la que más en la vida del instituto y en la de Dolls Crazy House. El rasgo más distintivo de Frankie son sus costuras, los tornillos que luce en el cuello y una extraña habilidad para alterar la electricidad en torno a ella, en fin, cosas de la vida. Aparte de eso, Frankie es un tanto ingenua, con una bondad innata e incapaz de pensar mal de nadie… así que, en lo que a sus compañías se refiere, se deja arrastrar por sus inseparables amigas.

Su canción preferida es Tell me something I don’t know, de Selena Gomez.

Su frase insignia es: It’s alive…

lunes, 29 de agosto de 2011

Draculaura


Modelo: Monster High Gloom Beach Draculaura (Mattel, 2011)

El verano se encuentra en su recta final, y justo cuando acaban sus vacaciones de verano se nos une una nueva inquilina. Menos mal que las criptas son lo bastante grandes para dar cabida a unos cuantos monstruitos de más…

Draculaura es la hija de Drácula y viene directamente desde Transilvania, en Rumanía. Su padre pensó que mandándola a Londres se le pasaría esa fase de “vegetarianismo” suyo que le hace consumir únicamente sangre de animales. De momento la cosa no parece dispuesta a cambiar, pero lo que sí está haciendo es pasándoselo de muerte con sus amigas en las horas nocturnas, cuando los monstruos salen de sus escondrijos para ir al instituto…

Se ha ido a vivir con Lagoona y Spectra, porque Ghoulia se ha trasladado con Cleo y Deuce. Draculaura tiene una personalidad encantadora, es amiga de sus amigas y es terriblemente enamoradiza. Está preparando la fiesta del siglo… para cuando cumpla 1600 años.

Su canción preferida es Neutron Star Collision, de Muse.

Su frase insignia es: Vam-vam-vampire

martes, 23 de agosto de 2011

Y otro premio para Dolls Crazy House

Una vez más, nuestros amigos Acerico y Rossetti de Barbieholics nos han obsequiado con un premio. En esta ocasión se trata de:

Como requisito del premio, aquí la creadora del blog debe decir siete curiosidades de sí misma para sus lectores. Veamos con qué sorprendo a la audiencia...
1.-El rasgo más distintivo de mi personalidad, a mi entender, queda algo oculto en estos mundos de Internet, y es que soy muy, muy tímida. Me cuesta mucho conocer gente nueva y se me da fatal la típica charla insustancial cuando conozco a alguien, siempre acabo hablando del tiempo... Eso sí, cuando cojo confianza carezco de término medio: de desconocidos a amigos del alma sin paradas intermedias.
2.-Soy licenciada en Historia del Arte, por lo que, me dedique a lo que me dedique, me presento como historiadora del Arte. De todas formas, sólo he trabajado durante un año "escolar", desde que terminé mi máster en mayo de 2010.
3.-Parecerá algo opuesto al coleccionismo de muñecas, pero una de mis grandes aficiones, tras las clásicas lectura y cine, son los videojuegos. Tengo en total cuatro consolas, entre portátiles y de sobremesa, aunque en realidad mi abanico de juegos preferidos es reducido. Además, soy bastante mala jugando.
4.-Desde que mis padres me regalaron un viaje a Berlín al terminar la carrera, Alemania y su gente (en particular la capital, claro) me fascinan. Su historia a lo largo del siglo XX me parece apasionante e incluso me he atrevido a empezar a estudiar el idioma. No os sorprendáis si acabo viviendo allí...
5.-Me saqué el carné de conducir por presión paterna y me costó Dios y ayuda, lo cual no quita que odie conducir a pesar de reconocer su utilidad. Afortunadamente, el coche lo uso poco.
6.-Soy muy ordenada, rayando lo maniático. Me gusta saber dónde tengo cada cosa y me encanta hacer listas de cosas. Los sub-apartados de este blog son buen ejemplo de ello.
7.-Una tontería: no empecé a seguir series de televisión de imagen real hasta hace tres años. Antes sólo veía anime japonés. Actualmente soy fan acérrima de True Blood, Pretty Little Liars, Downtown Abbey y otras que han terminado o se encuentran paradas.

Y ahora, ¡ha llegado el momento de pasar este premio! Los afortunados son:

Y ninguno más que tengo prisa ahora mismo...
¡Gracias de nuevo, Acerico, Rossetti!

miércoles, 17 de agosto de 2011

Desastre a la vista


Vale, sí, lo reconozco: no soporto a Rita. De acuerdo que es el alter ego de mi mejor amiga, pero desde que la vi entrar por esa puerta supe que tramaba alguna de las suyas. Y arrebatarme a Nate delante de mis narices es algo muy propio de Rita Heart. No puedo protestar sin ponerme en evidencia y sin que Nate, se dé cuenta de que me gusta… cosa que pensaba confesarle esta noche, por cierto. Lo malo es que ahora está embobado con Rita de una manera que raya con el ridículo, como el resto de mis invitados, casi todos al menos. Dos compañeras de clase me lanzan miradas asesinas, ¡como si fuera culpa mía que Rita se haya presentado en la fiesta en lugar de Clary! (supongo que en parte sí que tengo yo la culpa, por invitar a mi amiga sin pensar que podría levantarse convertida en su gemela maléfica), y tratan de arrancar a sus novios de la pérfida influencia de Rita, que me parece que ha mirado ya batiendo las pestañas a todos los hombres de la sala. Nate es el más patético de todos, porque contempla a Rita como si el mirar fuese respirar y ella fuese oxígeno, así que, las que no me miran con odio, me miran con lástima. Que a mí me gusta Nate era algo así como un secreto a voces, así que a estas alturas toda la fiesta sabe que me lo acaba de robar impunemente ese zorrón de pelo fucsia.
Me parece que ya he tenido suficiente humillación por hoy ¡Ésta es mi fiesta!
Sólo hay una manera de librarse de Rita: logrando que se duerma para que la consciencia de Clary despierte y se adueñe de su cuerpo, con los cambios físicos pertinentes.
Creo que mientras lo pienso se me ha puesto cara de maldad absoluta, porque Leah se ha acercado y me ha preguntado con genuina curiosidad:
—¿…Te encuentras bien?
Ella es de las pocas que sabe quién es Rita exactamente, así que le suelto sin rodeos:
—Leah, tenemos que dejar K.O. a Rita.
Ella me mira con los ojos como platos y pregunta:
—¿No te estás pasando un poco?
Le lanzo una mirada de refilón y explico:
—No, mujer, no es por eso —creo que es poco convincente, pero prosigo—. Si Rita se duerme, Clary podrá regresar.
—¿Y cómo piensas hacerlo? —Pregunta, con un deje de incredulidad en la voz.
Bueno, ésa es la parte difícil. Si tuviésemos que hacer el proceso contrario, bastaría con emborrachar a Clary, que tiene tolerancia cero al alcohol, pero tratándose de Rita, la cosa cambia… Trato de contener mi expresión de psicópata en potencia al exponer:
—Le golpearemos la cabeza con un objeto grande y contundente.
A juzgar por la manera de abrir los ojos de par en par de Leah, la idea le ha dejado un poco… a cuadros.
—Y… ¿de qué clase de objeto estamos hablando? —Tantea el terreno.
Expulso con fuerza el aire por la nariz.
—Aún no lo sé —confieso—. Ayúdame a buscar.
Así, mientras Rita encandila a mis invitados, Leah y yo nos ponemos a buscar por la cocina. Descartado el extintor para emergencias que mi hermana guarda junto a la nevera (aunque ganas de matar a Rita no me faltan, no debo olvidar que Clary es quien está detrás de todo esto… sin quererlo). Finalmente, me inclino por un clásico: la barra de amasar pan. Aunque la mirada de Leah mientras me golpeo la palma de la mano con expresión vengativa me indica que tiene ganas de quitármelo, la hago callar pidiéndole:
—Dile a Rita que venga. Invéntate cualquier excusa —la cocina está vacía, por suerte—, pero asegúrate de que venga, y sin moscones.
Leah asiente con la cabeza y abandona la cocina. Durante unos instantes me quedo yo sola y se me pasa fugazmente por la cabeza que lo que voy a hacer es una locura, que podría no salir bien y que, como alguien nos pille, podría acabar en comisaría… pero pienso tener la fiesta en paz, literalmente, y no hay Rita que valga.
Hablando del diablo, ahí está. Entra en la cocina lanzándome una mirada de compasión absoluta que me hace fruncir el ceño y pregunta:
—¿Refugiándote para huir de la soledad?
—No estaría sola si no hubieras encandilado a Nate con tus malas artes, bruja —respondo.
—Si la belleza natural es una mala arte, deberían mandarme a la hoguera —chasquea la lengua.
—Estoy de acuerdo en la parte de mandarte a la hoguera —contesto—. Por lo menos, lárgate de mi fiesta. Es a Clary a quien invité, no a ti.
Ella se encoge de hombros con gesto divertido.
—No hay nada que hacer. Clary estaba… indispuesta. Se pondrá muy triste si me echas… porque también la echas a ella.
Chantaje emocional. Un clásico de Rita. Menos mal que tengo mi as en la manga. Sonrío, malévola, y contesto:
—Al contrario: Clary vendrá a la fiesta y tú no tendrás más remedio que marcharte.
Y antes de que tenga una réplica a punto, le golpeo en la cabeza con el rodillo de amasar.

Clary se despierta en mi cama una hora más tarde. A decir verdad, la fiesta ha decaído bastante, y unos cuantos chicos se han marchado al comprobar que Rita ya no andaba por los alrededores. Mi amiga me lanza una mirada interrogante y pregunta:
—¿Qué ha pasado?
—Compruébalo tú misma. Mira lo que llevas puesto.
Cuando Clary baja la mirada hacia el vestido malva que llevaba Rita al llegar a la fiesta, y que ahora luce ella, casi se ruboriza. Esta ropa no es para nada de su estilo.
—¿Ha hecho Rita de las suyas? —Pregunta, titubeando.
—¿Y cuándo no las hace? Pues claro que sí. Pero no pienses en eso, Clary. Ponte algo de mi armario si quieres. ¡Aún queda mucha fiesta por delante!
A ella se le ilumina la cara, y salgo de mi cuarto para dejar que se cambie. Ahora que ha vuelto y la bruja mala se ha marchado, toca divertirse.